TÍTULO ORIGINAL: Tiempo de Valientes
AÑO: 2005
DURACIÓN: 110 min.
PAÍS: Argentina
DIRECCIÓN: Damián Szifrón
REPARTO: Diego Peretti; Luis Luque; Oscar Ferreiro; Gabriela Izcovich; Martín Adjemián; Tony Lestingi; Carlos Portaluppi; Ernesto Claudio; Daniel Valenzuela; Antonio Ugo.
GÉNERO: Comedia. Thriller. Acción. Policial. Amistad. Crimen.
SINOPSIS: «Tiempo de Valientes», dirigida por Damián Szifron y estrenada en 2005, es una comedia policial argentina que combina elementos de humor, acción e intriga para contar una historia única sobre la amistad y la redención. La película destaca por su guión ingenioso, actuaciones memorables y una dirección que equilibra perfectamente la comedia con momentos de tensión y emoción.
La trama sigue a Mariano Silverstein, interpretado por Diego Peretti, un psicoanalista que se encuentra en un momento personal complicado después de descubrir la infidelidad de su esposa. Mariano se ve obligado a trabajar como asistente del detective Alfredo Díaz, interpretado por Luis Luque, como parte de una sentencia judicial tras un accidente de tráfico menor. Alfredo es un policía veterano que está investigando un caso de corrupción dentro de la fuerza policial y necesita ayuda para lidiar con sus problemas personales mientras resuelve el caso.
A lo largo de la película, Mariano y Alfredo desarrollan una relación de amistad inesperada. Mariano, que inicialmente se muestra reacio a involucrarse en el mundo de Alfredo, comienza a utilizar sus habilidades como psicoanalista para ayudar al detective con su caso y sus problemas emocionales. Por su parte, Alfredo, un hombre duro y acostumbrado a la violencia, empieza a abrirse y a mostrar una faceta más humana gracias a la influencia de Mariano.
La química entre Diego Peretti y Luis Luque es uno de los aspectos más destacados de «Tiempo de Valientes». Sus interacciones son genuinas y llenas de humor, lo que añade profundidad a sus personajes y a la relación que se desarrolla entre ellos. El guion de Szifron está lleno de diálogos agudos y situaciones cómicas que se entrelazan con momentos de acción y drama, creando una narrativa dinámica y entretenida.
La dirección de Damián Szifron también merece mención. Szifron maneja con destreza el tono de la película, equilibrando las secuencias de acción con momentos de introspección y comedia. Las escenas de acción están bien coreografiadas y mantienen al espectador al borde de su asiento, mientras que los momentos de comedia son ingeniosos y bien ejecutados, proporcionando alivio cómico sin desentonar con la seriedad del caso que los protagonistas intentan resolver.
Otro aspecto notable de la película es su exploración de temas como la lealtad, la corrupción y la redención. Mariano y Alfredo deben enfrentar no solo a los criminales que persiguen, sino también a sus propios demonios internos. La película aborda estos temas con sensibilidad y humor, ofreciendo una reflexión sobre la naturaleza humana y la capacidad de cambio. La cinematografía de Lucio Bonelli contribuye a la atmósfera de la película, capturando la esencia de Buenos Aires con una mezcla de escenas urbanas y momentos más íntimos.